Nuestra lactancia materna exclusiva

Personalmente siempre me preocupé más por el parto, si tendría dolor, si se complicaría y terminaría en cesárea, si tardaría mucho, si lo soportaría, en fin muchas dudas, pero no le di gran importancia a la lactancia pues pensaba era algo sencillo y además tenía la idea que tal vez no tendría una lactancia exitosa ya que no percibí mayor cambio en mis senos durante el embarazo, y también por ser muy pequeños (mitos y más mitos). Al final (o mejor dicho, al comienzo de la lactancia) supe que ninguno de esos dos factores eran determinantes para tener una buena lactancia materna. También asumí que por ser un proceso natural sería sencillo y simplemente pasaría sin más, pero como todo proceso tiene su técnica y aunque a muchas mamás primerizas les va súper bien con la lactancia desde el principio, ese no fue mi caso.

Vamos a la segura: tomemos una asesoría de lactancia

Apenas tuve a nuestro bebé en brazos lo coloqué en mi pecho para alimentarlo, sin mayor complejidad sin pensarlo, y así estuvimos estos primeros días, sin embargo estando en la clínica aún, varias veces le consultaba a las matronas sobre cómo hacerlo mejor ya que estaba comenzando a sentir incomodidad en los pezones, a lo que me indicaron sin mucho detalle cómo colocar al bebé y me entregaron una crema de lanolina para ayudar con los pezones, más tarde me enteraría que la lanolina sólo debe ser usada para mejorar la elasticidad en la zona alrededor del pezón y que no debe ser aplicada sobre el mismo ya que crea una capa que lo obstruye; la lanolina no cura las grietas ni nada por el estilo. 

Para cuando nos dieron el alta y estábamos en casa (4 días de nacido) ya tenía heridas en mis pezones, y si, dolía, pero mi convicción por alimentar a mi bebé era mayor así que intenté mejorar por mi cuenta nuestro acople con consejos de otras mamis y continuar amamantando. Al día siguiente, un domingo, ya estaba entrando en desesperación porque seguía igual, tenía las heridas, tenía dolor y hasta sangre, así que decidí tomar una asesoría de lactancia con una persona que me recomendaron lo antes posible. Les dejo el dato igualmente www.clubdelactancia.cl , con los ojos cerrados. 

El lunes llegó, y la asesora también, un amor de persona, muy cariñosa y dedicada al tema de la lactancia, nos hizo algunas preguntas claves antes de comenzar con la práctica, luego estuvo con nosotros un largo rato enseñándome las mejores posiciones para amamantar, cómo colocar al bebé en mi pecho, la forma en que debe estar su boca en mi pecho para tener un buen acople, también le hizo un pequeño control a nuestro bebé, encontrando que estaba subiendo muy bien de peso a pesar de no haber tenido un buen acople desde el comienzo. Me dio varios tips de la lactancia, me habló sobre las temidas crisis de lactancia y brotes de crecimiento, me dejó mucha información súper valiosa que ojalá la hubiese tenido desde un principio para evitar los ratos amargos pero aún así no nos fue tan mal antes de su llegada, aunque si seguíamos por ese camino seguro esta sería otra historia.

Ahora ya teníamos la técnica, así que bienvenida lactancia materna exclusiva a libre demanda con todas las de la ley, el dolor pasó, y pues si, amamantar NO duele en lo absoluto cuando lo estás haciendo bien, las heridas sanaron, la asesora me recomendó para las grietas en los pezones un poco de aceite de oliva, que no era necesario retirar para la toma del bebé, compresas de gel especiales (multi-mam) que tampoco debía limpiar antes de la toma, y dejar los senos al aire la mayor cantidad de tiempo posible y recibieran un poco de sol. Gracias a todas estas recomendaciones y al mejoramiento del acople, mantuvimos nuestra lactancia.

Beneficios de amamantar a nuestro bebé

Sin duda la lactancia materna es lo mejor por lo que puedes pasar, la lactancia no sólo es alimento para nuestro bebé, es amor, es consuelo, es hasta un analgésico natural para mi bebé: lo calma inmediatamente, es seguridad: no se sentirá en ningún lugar más seguro que en mi pecho, es relajante tanto para él como para mí por la liberación de oxitocina. Realmente amamantar es mágico, así lo he sentido, y esto sin menospreciar o dejar de lado a las mamás que por algún motivo u otro no amamantan y alimentan a sus bebés con fórmula, que viéndolo detalladamente requiere más esfuerzo en cualquier aspecto, y aún así, el vínculo y amor madre-bebé siempre está presente.

Pero hablando de nuestra lactancia materna, puedo mencionar otros beneficios más allá de lo emocional: 

  • No necesito gastar dinero adicional en fórmula, sólo debo mantener una buena alimentación y nuestro bebé se alimentará de una de forma exclusiva hasta los 6 meses al menos.
  • Amamantar me ha ayudado a recuperar mi peso de antes del embarazo, y si se trata de un bebé muy comelón como el mío, hasta he bajado un poco más y aquí lo mejor es revisar nuestra alimentación y actividad física, con previa aceptación del ginecólogo tras evaluar nuestro desarrollo post parto.
  • La liberación de oxitocina nos mantiene relajadas y felices, concentradas en esa tierna carita mientras se alimenta. 
  • Nuestro bebé recibe exactamente la leche que necesita a medida que va creciendo, consume los nutrientes requeridos ya que la leche se va adecuando acorde a sus necesidades, las maravillas de nuestro cuerpo. 
  • La lactancia materna protege y disminuye el riesgo de enfermedades en mi bebé, de hecho, en los primeros meses pasé por una gripe y nuestro bebé se mantuvo sano y fuerte como un roble.
  • Por mucho que mi bebé tome, no tendrá obesidad, ya que él mismo se autorregula y nada más saludable que mi leche para él. 

Complicaciones en nuestra lactancia: mastitis

Nuestro bebé tenía mes y medio de vida, llevábamos una lactancia materna exclusiva a libre demanda, él tomaba las veces que quisiera cuando lo quisiera, y comencé a notar un pequeño bulto en el cuadrante superior interno de un seno, me preocupé mucho e inmediatamente comencé a investigar qué podía ser. No tenía otros síntomas, sólo presentaba ese bulto que estaba un poco duro, así que todo apuntaba era una obstrucción mamaria, uno de los conductos galactóforos estaba tapado por lo que la leche no fluía de forma regular y se había formado esa protuberancia.

Habiendo investigado en varias páginas, fuentes confiables de asesoras de lactancia, conseguí una serie de medidas que podía implementar para mejorar este cuadro:

  • Masajear la mama: antes, durante y después de cada toma de mi bebé. Hay maneras específicas de hacer estos masajes, que ayudan a la extracción manual de la leche.
  • Colocar compresas: tibias para ayudar a destapar el conducto antes y durante cada toma, y fría luego de las tomas para desinflamar un poco.
  • Priorizar la toma del pecho afectado: siempre le ofrecía primero la mama obstruida a mí bebé antes que la sana. El bebé hace mejor succión que cualquier extractor o sacaleches, así que era un trabajo de dos.
  • Colocar la nariz o el mentón del bebé en dirección del bulto: personalmente desde el mentón sentía mayor fuerza de succión así que varias veces al día lo amamantaba favoreciendo esto: acostados, frente a frente pero con nuestros cuerpos en sentidos contrarios.
  • Baños con agua caliente y masajes: mientras me bañaba, dejaba caer el agua sobre el pecho y masajeaba igual.
  • Agitar tenaz pero cuidadosamente el seno: lo tomaba con mi mano y lo agitaba unos 30 segundos.
  • Por último, usar el extractor de leche: esta opción no es de mis favoritas porque siempre siento que puedo sobreestimular y es lo que más evito a menos que busque hacer un banco de leche, que no es el caso.

Estuve alrededor de 5 días con estas medidas, en los que un día parecía mejorar pero al siguiente no tanto, entonces decidí ir a consulta con mi ginecólogo, quien me evaluó y en efecto ya tenía una mastitis, pues además de tener el bulto ya presentaba un color algo rojizo en la piel, y aunque no había tenido fiebre ni decaimiento, el doctor me recetó 7 días de antibióticos. Así fue, cumplí con el tratamiento y con las medidas anteriores este tiempo, sin embargo no hubo mejoría y fui de nuevo al doctor, esta vez me indicó debían hacer cirugía para drenarme ya que se había convertido en absceso mamario. Yo no lo podía creer.

Muchas mujeres lactantes pueden padecer de obstrucciones mamarias e incluso de mastitis, y con las medidas y el tratamiento pueden sanar sin mayor complicación pero por algún motivo ese no fue mi caso y tuve que ir a urgencias para poder solucionar esto. Lo más crítico de todo el asunto era que estábamos comenzando con la pandemia (Chile en marzo 2020), así que sólo iría yo a la clínica para no exponer a mi familia, esta sería la primera vez en separarme de mi bebé y en el momento desconocía por cuánto tiempo sería.

Afortunadamente nuestra separación sólo duró unas horas, 6 aproximadamente, creo hice un poco de presión en la clínica para ser atendida rápido. El procedimiento fue sencillo, una vez llegué y expliqué la situación, me revisaron, hicieron exámenes de sangre, una ecografía mamaria para dimensionar el tamaño del absceso ya que si era de cierto tamaño podía ser drenado con una pequeña incisión y sólo usar anestesia local pero de ser un absceso de mayor tamaño debían llevarme a pabellón y usar anestesia general. 

Según la ecografía podían hacerlo con una pequeña incisión y anestesia local, así que me llevaron a una sala de procedimiento, anestesia, corte y mucha presión para sacar el líquido de adentro. Recuerdo preguntar al doctor que me atendió si era algo doloroso y el respondió «si, lo es», pero sinceramente no lo sentí así, sólo fue incómodo cuando ejercía presión para drenar. Cada cuerpo maneja el dolor de formas distintas. Por fin se pudo extraer todo el líquido y ahora el doctor procede a limpiar y cubrir con apósitos y gasas, dejando un «dedo-guante» (un ducto) para que pueda terminar de salir el líquido luego. Él me explicaba esta es una herida que no puede cerrarse con puntos ya que es infecciosa y debe sanar sola, y esta es la parte delicada.

Mi progreso luego de la cirugía del absceso

Apenas el doctor terminó la cirugía me indicó debía ir a control a los dos días siguientes, el alta de la cirugía me la dieron el mismo día (por temas de la contingencia del COVID-19 seguramente), e igualmente dijo podía y debía mantener la lactancia con ese seno, no podía dejar se llenara mucho de leche ya que podía entorpecer su sano curado. Así que esa misma noche ya estaba feliz y más tranquila en casa, consintiendo a mi bebé quien tampoco la pasó muy bien sin su mamá.

Mantuve la lactancia, le daba de ambos pechos a mi bebé, aunque era un poco incómodo con la cura, igual lo hice, una hace todo por el bienestar de su bebé. A los dos días fui a mi control post operatorio, era muy pronto para asegurar una buena recuperación pero íbamos por buen camino, la doctora revisó la herida, la limpió y me cambió el vendaje dejándolo más pequeño y con mayor facilidad y comodidad para amamantar. Nuevamente me recalcó mantuviera los pechos vacíos, en especial este que se estaba curando, ya que de no ser así, la leche buscaría un camino (fácil) por donde salir y podría hacer una fístula, saliendo leche por la herida y no era lo deseado.

La semana siguiente tuve un par de controles más, todo iba bien, me retiraron el ducto y ya podía hacerme las limpiezas (con suero fisiológico) y cambiar los apósitos por mi cuenta, se podía ver cómo la herida, que en realidad era un pequeño hueco de 2 cm aproximadamente, iba sanando poco a poco, tejido a tejido. Lo importante era mantener la herida seca y estar pendiente de no hacer fístula. Personalmente me hacía las limpiezas cada 3-4 días dependiendo del progreso de la misma. Debido a la misma contingencia sanitaria y en vista de la mejoría, la doctora dijo podía dejar de ir a control y que continuara yo misma con los cuidados, a menos que notara algo. Entonces continué con las curas en mi hogar, viendo el progreso y atenta a cualquier cambio.

Fue un proceso muy lento, es una herida abierta que debe sanar y cicatrizar por sí sola, el doctor que hizo la cirugía me lo había anticipado. Un mes y una semana después de la operación, hice costra, ya el tejido debajo de ésta había cicatrizado y dejé que la misma se cayera sola, donde se podía notar una pequeña hendidura. Dos meses después ya no había rastro de hueco, pero si de una herida ya que la piel en esa zona quedó de un tono más rojiza. Y ahora sólo restaría esperar la piel exterior se regenere por completo y se asemeje más al resto.

Pase lo que pase no abandonamos la lactancia

No diría que nuestra experiencia fue un infierno, porque de seguro cada una vive su maternidad de una manera muy distinta, pero sin duda esta parte no fue sencilla, aún así mi decisión era mantener nuestra lactancia materna hasta más no poder, y haber pasado por una obstrucción mamaria que se convirtió en mastitis y luego en absceso no nos hizo decaer, hicimos todo lo posible para seguir con ella y aquí seguimos, más de nueve meses de lactancia materna y contando. 

Esto es algo más común de lo que parece, ¿se puede evitar? Si, la libre demanda, un buen acople y un correcto vaciado de los pechos son la clave para esto, en mi caso pienso fue un mal vaciado de los pechos lo que ayudó a que esto ocurriera, ya que en ese momento mis pechos se llenaban mucho y más rápido de lo que mi bebé consumía, él estaba pasando por una regulación en sus tomas. Lo importante acá es actuar a tiempo y mantenernos siempre informadas, consultar con especialistas, no rendirnos y contar con un buen apoyo, yo no sé qué haría sin el mío (Tony).

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