Mis consejos para evitar una mastitis
Durante nuestra lactancia, un poco antes de los 2 meses de nuestro bebé, tuve una complicación, presenté una obstrucción mamaria que luego se convirtió en mastitis y después en absceso, el cual me tuvieron que drenar haciendo una pequeña incisión en el seno comprometido. Así que les hablaré desde mi experiencia, que igualmente consulté con dos ginecólogos, dos asesoras de lactancia, y finalmente con los cirujanos que me atendieron en la operación. Si deseas saber cómo sucedió todo esto, puedes leer Nuestra lactancia materna exclusiva.
¿Cómo saber que tengo una obstrucción mamaria?
Antes de entrar a lo fino, les comentaré un poco sobre la obstrucción, esto sucede cuando por algún motivo (mal acople, uso de sostenes muy ajustados, incremento de la producción de leche, mal vaciado del pecho) un conducto galactóforo se obstruye, formándose un pequeño bulto palpable en el pecho y pudiendo o no presentar dolor. Por mi parte sólo tenía un bulto y sentía poco dolor al tocarlo. Lo importante en este punto es detectarlo temprano y comenzar a tomar medidas para evitar se convierta en mastitis y lo que sería peor en un absceso.
¿Qué debo hacer si tengo un pecho obstruido?
Frecuentemente funciona muy bien realizar lo siguiente, – y ¿por qué digo frecuentemente? Porque a mí no me funcionó, sin embargo conozco varias mamás a las que si, que en un par de días ya lo habían resuelto, pero cada cuerpo es distinto – ;
- Dar masajes en el pecho obstruido antes, durante y después de cada toma del bebé. Puedes usar unas gotitas de aceite de oliva para facilitar el movimiento. (DATO: el aceite de oliva también me ayudó muchísimo al principio para aliviar los pezones irritados y lastimados, lo mejor es que no es necesario retirarlo para luego amamantar).
- Colocar compresas o paños tibios sobre la zona afectada antes de la toma del bebé. El calor ayuda a descongestionar.
- Priorizar la toma de leche del bebé de ese pecho. Nuestro bebé es el mejor descongestionante en estos casos, su succión, de la forma correcta, es la más óptima.
- No dejar de ofrecer el seno que está obstruido.
- Direccionar la nariz o el mentón del bebé hacia la parte donde se encuentra el bulto ya que así se ejerce mayor fuerza de succión.
- Tomar baños con agua tibia-caliente y dar masajes al pecho mientras tanto.
- Por último, puedes usar por poco tiempo el sacaleches, sólo para aliviar presión en el pecho, porque como lo dije anteriormente, es nuestro bebé quien puede succionar mejor y además, no buscamos sobreestimular la producción de leche.
Con estas medidas, en uno o dos días, la obstrucción debería desaparecer. Si no es así, consulta con un especialista.
¿Cómo saber que la obstrucción ahora es una mastitis?
La mastitis es una inflamación del pecho que puede tener su origen por un traumatismo o por una infección. Notaremos que la obstrucción se ha convertido en mastitis ya que ahora habrá una zona muy inflamada, de color rojo en la piel, más dolorosa, que generalmente causa fiebre y malestar corporal o decaimiento. En mi caso, no presenté fiebre ni malestar, sólo tuve la zona inflamada, roja y con dolor. Si notas estos síntomas es importante acudir con un especialista para evaluar e indique si es necesario o no un tratamiento con antibióticos.
¿Qué hacer si tengo una mastitis?
Lo primero es acudir a un(a) especialista, él/ella indicará el tratamiento a seguir dependiendo del tipo de mastitis que se presente en base a los síntomas que se tengan.
Usualmente prescriben antibióticos, se debe realizar un cultivo de la leche para saber de qué bacteria se trata y tomar el antibiótico adecuado, se puede continuar con suaves masajes en el pecho afectado y colocar frío local para la inflamación.
Es importante mantener el tratamiento según lo indique el profesional a cargo y acudir al control requerido, estando atentas si hay mejoría o no.
¿Qué debo hacer si la mastitis no mejora?
En el caso de finalizar el tratamiento para la mastitis y no ver ninguna mejoría, hay que acudir con nuestro médico, él evaluará y nos dirá cómo proceder. En mi caso, terminé el tratamiento de antibióticos, ya habían transcurrido más de 10 días desde la aparición del bulto y no había mejorado, la zona estaba cada vez más enrojecida, un poco brillante, más inflamada y con dolor, por lo que me comuniqué con mi doctor, fui a consulta, me informó ya se trataba de un absceso, tenía líquido retenido y debían drenarme y me derivó a urgencias para realizar el procedimiento.
La operación no fue muy compleja, pero antes me hicieron exámenes de sangre, una ecografía mamaria para saber el tamaño del absceso y determinar cómo se haría el procedimiento: en una sala de procedimiento con anestesia local si era pequeño, o en un quirófano con anestesia general si era mayor. Me llevaron a la sala de procedimiento, el cirujano limpió y esterilizó toda la zona, colocó la anestesia local, hizo una pequeña incisión con un bisturí y comenzó a ejercer presión para drenar todo el líquido.
En mi opinión no fue doloroso, sólo incómodo, el proceso en sí duró alrededor de 30 – 40 minutos, al finalizar limpió y esterilizó nuevamente todo el área, colocó un pequeño ducto para permitir el drenaje natural de la herida y sobre esto cubrió la herida con gasas y apósitos. La herida debía cerrar y sanar por sí misma con un cuidado postoperatorio específico, no se realizan puntos en este tipo de intervenciones.
Continué con mis controles y cuidados postoperatorios según lo indicado, tomando antibióticos y haciendo la limpieza adecuada en la herida, manteniéndola seca y cerrada hasta tener piel nueva y regenerada sobre ella. Este fue un proceso de sanación un tanto largo, alrededor de 3 meses.
Debo confesar, me pareció muy lenta la regeneración y en varias oportunidades llegué a pensar no estaba sanando de la forma adecuada, y todo esto sucedió en marzo del 2020, en plena pandemia así que ir recurrentemente a consulta era lo menos que quería hacer. Sin embargo, las veces que fui y bajo la evaluación remota, siempre me indicaron todo estaba bien y sólo debía esperar terminara de regenerar y sanar por completo. Varios meses después, sólo tengo una pequeña marca de la incisión.
En resumen ¿cómo evitar una obstrucción y una mastitis?
Dicho esto, puedo resumir que para llevar una lactancia en completa paz y armonía debemos cuidar lo siguiente:
- Asegurar que tenemos un correcto acople. Esto sería el pilar fundamental de la lactancia materna.
- Evitar el uso de prendas apretadas en nuestro pecho. Es incómodo, doloroso y perjudica nuestros conductos galactóforos.
- Procurar el vaciado de nuestros pechos en cada toma. Como dicen por ahí: una teta blanda es una teta sana.
- Lactancia materna a libre demanda. Y esto va relacionado al punto anterior, ya que no podemos limitar las tomas, no estaríamos vaciando correctamente.
- Masajes preventivos. Hay momentos, especialmente en las primeras semanas y durante los brotes de crecimiento, que nuestros bebés demandan más leche, toman mucho y más seguido, aumentando la producción y posiblemente comencemos a sentir zonas duras en nuestros pechos, que podemos masajear y drenar un poco manualmente hasta sentir el pecho blando otra vez. También, si lo deseas, se puede recolectar esta leche e ir almacenando adecuadamente para hacer un banco de leche o si lo prefieres para llevarlas cuando salgan en caso de no dar del pecho directamente.
- Ante cualquier duda o inquietud siempre consultar a un(a) experto(a), no dejar pasar los días en un tema tan delicado como nuestra salud y la de nuestro bebé.
Y si te preguntas, esta complicación no nos hizo abandonar nuestra lactancia materna exclusiva, de hecho mientras pasaba por esto no dejé de amamantar con el pecho comprometido, ni con la herida en proceso de sanación, mi convicción y mis ganas de continuar alimentando a mi bebé con mi leche era mayor que toda esta situación y él siempre se mantuvo sano como un roblecito. Tenemos que informarnos, asesorarnos, empoderarnos y confiar en nosotras mismas. La lactancia no siempre resulta un proceso fácil pero sin duda es una experiencia hermosa, es dar vida con amor y entrega total.